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¡¡Cosas de ellos!! (Yaoi Original) (capitulo 2)

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¡¡Cosas de ellos!! (Yaoi Original) (capitulo 2) Empty ¡¡Cosas de ellos!! (Yaoi Original) (capitulo 2)

Mensaje por Gucezaki Sáb Feb 07, 2015 2:06 am

*Género. (Romance, Drama, Yaoi)
*Estado. (En emision)
*Clasificación. (+18)
*Total de capítulos (2)
*Lista de capitulos. (12 en adelante. )


*Descripción
( Nacemos pequeños , vulnerables , dependientes, sin instructivo , y con una venda en los ojos que se va haciendo invisible conforme crecemos. El que se rompa depende de nosotros , de lo que aprendemos, y de lo que vivimos.
Genji es un artista local en Tokio. Vive al lado de sus mejores amigos; Christen, Nubo y Heino. Con quienes comparte innumerables momentos de felicidad, pero todo comenzará a cambiar en la vida de cada uno. ¿Podrán aceptar los cambios ? )


¡¡COSAS DE ELLOS!!
Capitulo 1


Heino senpai y G-kun.

A veces ser hombre no es tan malo. Tenemos muchas ventajas, como ir al baño en cualquier lugar o estar listos en cinco minutos.

Me llamo Genji, mido 1.50m, y tengo 20 años. Soy esa clase de chico que aún duerme en esos cinco minutos... Pero esto es tan cómodo, nada como esa sonrisa estúpida para ponerme en evidencia. Mi rizado y castaño cabello era un caos por sobre aquella almohada blanca que amo tanto, aquel grueso edredón color vino me llegaba sobre la nariz, y sólo se veían mis ojos cerrados. Mantenía ajenas de todo a mis orbes color marrón, un marrón tan oscuro que podría ser azabache.

-Hmm...-

La puerta de mi habitación se azotó tan fuerte que incluso pude haber quedado sordo, pero seguía durmiendo.

-¡¡¡ GU-SA-NO!!!

Él es Heino senpai, 1.80m, 19 años. Su cabello era tan oscuro como una noche sin estrellas, casi siempre parecía ocultarse bajo su amado gorro naranja y algunos mechones alborotados insistían en salir de el. Piel morena y ojos castaños.

Senpai es esa clase de chico hiperactivo, enérgico y sociable que muchos envidiaban. Sin olvidar que tenía la fuerza que a mí me faltaba. Es mi compañero de piso desde hace un año, y sus métodos para despertarme son siempre diferentes. Decía que le aburría lo cotidiano, y yo realmente no esperaba lo siguiente.

-¡¡¡ WAAAAAA!!!!! ¿QUÉ TE PASA?! ¡ESTÁ FRÍA! -

(¿Un cubetazo de agua fría? ¿Enserio? ¡¿FRÍA?! ¡AFUERA ESTAMOS A 6°!)

Me levanté de golpe y arrojé todas las cobijas al suelo, antes de que mi cama se mojara más. Estaba temblando casi de manera violenta. Me quité la camisa de color gris que tenía puesta, dejando mi torso expuesto. Mi piel no era ni blanca ni morena, me encontraba en el punto medio, y definitivamente estaba muy lejos de ser ejercitado. De inmediato y sin pensarlo, fulminé con la mirada a mi compañero antes de que mi flequillo obstruyera mi vista.


-¿Qué? Oye, oye tranquilo. En algún momento tenías que bañarte. ¿No deberías agradecer?-

Su voz era tan grave que podría intimidar si así lo quisiera, pero siempre era acompañada de aquella enorme, radiante e irónica sonrisa. Sus dientes eran tan hermosos... Y yo, de algún modo los envidiaba.

-¡Eres un idiota!

- Grité con fingida molestia. Mi voz era todo lo contrario a la suya, en lugar de intimidar daría risa. Le arrojé una almohada con toda mi "fuerza" no estaba molesto, y él lo sabía.

-Ugh... De acuerdo, deja de perder el tiempo y vamos a desayunar. Muero de hambre.-

Se palmeó la barriga y a mí se me iluminaron los ojos.

-¿Qué desayunaremos? - Pregunté emocionado. Esa no era una invitación propia de senpai.

-Hum, no tengo idea. Además, tú cocinarás.-

Arrojó una toalla seca a mi rostro. No debí ilusionarme sabiendo que mi hambriento amigo no era de los que cocinaban. No es que yo fuera un experto, pero no moría de hambre.

Por suerte teníamos tiempo para desayunar y arreglarnos algo decente. En días anteriores decidí que era tiempo de tomar clases de inglés, y el que senpai fuera a esa clase me hacía sentir mejor, no estaría solo. Aunque, eso no controlaba mis nervios.

Tras algo de café y pan tostado con mermelada, abandonamos el edificio con nuestras gatas. Poco a poco dejábamos atrás aquellos diez pisos cubiertos de blanco. Era tan blanco que me daba miedo, pero no tanto como para arrojarme desde alguna de sus grandes ventanas bien distribuidas.

El clima era tan frio como para congelarse, apenas podía moverme. Nuestras estaturas marcaban una importante diferencia, al igual que nuestros atuendos. Sempai usaba un suéter color verde oscuro. Se podía ver un poco la camiseta negra que llevaba debajo, pantalones de mezclilla azul marino algo ajustados, tenis estilo botines color naranja, sin olvidar el gorro y mochila del mismo color. Yo por otro lado, un suéter a rayas horizontales blanco con rojo, pantalones grises, y botines estilo militar color vino al igual que mi morral.

-Senpai... - Rompí el silencio entre ambos, tratando de que todo sonido aquí afuera no rebasara mi voz, acomode mis enormes gafas rojas, y una sonrisa se dibujó en mi rostro al haber sido escuchado.

-Gusano. - Volteó a verme sonriendo.

-Senpai -

-Gusano -

- .... ¿Alguna vez me llamarás por mi nombre? - Arquee una ceja, y a él solo parecía divertirlo.

- ¿Qué? O lo siento. Pero eso no tiene sentido para mí.

-¿Sentido? - Asintió.

- Ese nombre es demasiado rudo para ti. ¿En qué pensaban tus padres?

-No lo sé, tal vez estaban drogados. Mucho...-

Aquello pasó a ser muy gracioso para los dos, empezaba a sentir el rostro entumido de tanto reír, pero no era molestia, de esa forma olvidaba los nervios típicos del primer día de clase. Seguramente todas las personas alrededor se preguntaban que tonterías nos hacían reír. No nos entenderían... Y era mejor así.

El movimiento alrededor era notorio, mis sentidos se llenaban con el aroma y hermosa arquitectura de la ciudad. No todos los edificios eran parecidos, o del mismo color. Había muchas tiendas, puestos de  revistas, de lo que se pudiera imaginar.

Cruzamos la amplia calle, caminando entre una gran multitud, en su mayoría, eran estudiantes y trabajadores que no perdían el tiempo. Escribían mensajes de texto en sus celulares a velocidad impresionante, a donde quiera que viera era así. Incluso escuché un tono de timbre familiar justo a mi lado.


-Pff- Suspiré con resignación, rodando los ojos, él también era parte de eso. ¿Es que acaso sólo a mí se me olvidó el celular en casa?

Y por cierto, en ese momento comenzó a sonar.

*******Pov: Heino *********

-¡Buenos días! -

Ese fue un saludo alto, enérgico e imposible de ignorar. Inhalé profundo. Tuve el fin de semana más largo de mi vida, lleno de tareas y asuntos pendientes. Necesitaba socializar urgentemente, aunque fuera en clase.

-¡Heino-kun ~!-
-¡¡Buenos días!!-
-¡¡Te extrañamos!!! -
-¡KYAAAAAA!-

Aquellos agudos tan juntos eran ensordecedores, pero ahora mismo, son "música" para mis oídos. Soy muy conocido entre las chicas, he escuchado que soy genial, guapo y bueno besando. Me preparé para la avalancha de admiradoras, aspirando profundo el delicioso aroma a shampoo y perfume... Feminidad pura y alborotada que era atraída por mi ardiente personalidad.

Tantos obsequios me hacían sentir como en día de san Valentín.

-Heino-kun, te preparé algo, espero que lo disfrutes.-

-Gracias encanto.- Esa chica era realmente encanatadora, tenia una mirada inocente. Podría invitarla a salir. Tomé aquel paquete delicadamente envuelto en un pañuelo rosa con corazoncitos, no es muy masculino, pero olía realmente delicioso. Miré fijamente aquellos ojos color miel, como si quisiera leer su mente, pero antes de siquiera pensar en algo, gritos de chicas enfurecidas me rompieron los tímpanos.

-Señoritas, tengo suficiente tiempo para todas. - Sonreí radiante y acomode un poco los desordenados mechones oscuros que sobresalían de mi gorro. Sus miradas me seguían atentas, eso era amor puro. -Señoritas, les presento a mi buen amigo... - Las palabras quedaron en el aire. Cuando voltee, el enano no estaba tras de mí.  Ahora estaba sentado en el primer asiento de la esquina izquierda. Solo. Ignorando todo a su alrededor, le pasaban de largo como si fuera un fantasma. Eso me cabreaba, pero a la vez, me preocupaba.

- ¡Good morning!

Aquella gruesa e inconfundible voz atravesó por mis oídos. El profesor hizo su típica entrada.

-¡Good morning teacher! - Respondimos al unisonó. Todos menos...Genji.

-¿Qué tenemos aquí? ¿Eres nuevo cierto?- Dejó su maletín sobre el escritorio de madera y el resto tomamos asiento.

Quedé impresionado, lo notó inmediatamente, la mayoría de los presentes apenas y notaban su existencia, pero para el profesor parecía sobresalir en la multitud, podría ser un detector de novatos, o algo más. No es que el sujeto sea malo, debido a mi sociable personalidad lo conozco dentro y fuera de clase. Era un tipo bien parecido, con sólo algunos centímetros más alto que yo, ojos rasgados de un verde aceitunado, piel morena y cabello marrón chocolate, ondulado, peinado hacia el lado izquierdo, su mechón mas largo llegaba a rozar su barbilla. En este momento vestía de traje. Era gris con corbata blanca. Camisa, cinturón y mocasines, de color negro.

-¿Hum? ¡Oh! ¡Sí! -Apenas se dio cuenta. Estaba dibujando como siempre.

- ¿No saludas? - Insistió él, y la cara de Genji parecía querer explotar en cualquier momento de lo rojo que estaba.

-Se llama Genji - Interrumpí. - Es su primer día y no sabe inglés. -

-¡Oye! -
- ¿Qué? No puedo hacer todo por ti.- Era gracioso avergonzarle, al final del día reíamos juntos. Como un par de idiotas.

-¿Y tú qué haces aquí? - El profesor me dirigió una mirada antes que a la pizarra - Deberías dar las clases no tomarlas. -

- Hum... Olvidé algunas cosas, además, no es mala idea reforzar lo que sé. -Fue lo último que dije antes de que comenzara la clase.


****Pov: Genji.****

En ocasiones pienso demasiado, no puedo evitarlo y mucho menos ahora. La clase siguió su ritmo, y yo el mío. Veía a la ventana de vez en cuando, algo me preocupa. Senpai se dio cuenta. Él lo sabe, ambos lo sabemos. Quizá no debí venir, al menos no hoy.

-Muy bien, esto es todo. - La voz del profesor se escuchó tras el sonido del timbre como si intentara rebasarlo. Sólo así salí de mis pensamientos. Él me miraba. Quizá por la poca atención que puse, ni siquiera supe su nombre. Me mordí el labio inferior, de verdad me sentía apenado, pero esto fue tan repentino que esfumo mis ganas de aprender.
-¿Enano, me escuchaste?-

-¿Eh?, ¿Senpai? -Reaccioné al sentir su tacto contra mi hombro. Una vez más me topé con aquella hermosa sonrisa.

-¿Irás conmigo? -
-¿A dónde ?-
-Sólo iremos a divertirnos por ahí. -
-No gracias, esta vez no podré, creo que será mejor que vaya a casa. Quizá Mimo me necesite, anda diviértete, te lo mereces.
-¡Ya estás! -

Chocamos los puños y antes de que senpai llegara a su lugar, fue devorado por una multitud de chicas con las hormonas alborotadas. Estoy casi seguro de que aquel bulto en su mochila es por tantas cartas de amor que le dieron hoy.

De repente, una extraña pregunta pasó por mi cabeza. ¿Si fuera una chica, me gustaría él? Rasqué mi mejilla sonriendo ante tal cosa y solo entonces me di cuenta de que estaba solo, entre aquellas cuatro paredes color crema, rodeado de pupitres, todos de madera, la blanca pizarra y las persianas de la ventana daban un toque distinto... Eso me hizo recordar el departamento, tomé mis cosas aprisa, y traté de salir de igual manera.

-Auch...-Cuando me di cuenta ya estaba en el suelo.


-¿Estás bien?-Esa voz no era la de Heino, pero si del profesor. Acomode mis gafas y me levanté con cierto dolor en el trasero. hasta este momento pude notar lo atractivo que era. Trataba de descifrar el misterio en sus ojos, pero en el intento quedé mudo, era como si se detuviera el tiempo.

-¡¡Tengo prisa lo siento!!- Sin más, salí corriendo, literalmente huí de él, y me sentía extraño, todo es más fácil cuando senpai está conmigo. Tal vez deba disculparme, pero no ahora. Seguía corriendo y a pesar de estar lejos, podía sentir su mirada sobre mí.


N/A
(Esta es una historia dedicada a 3 personas importantes en mi vida, a todas las fujoshis y fundashis. )

Todo material aquí me pertenece (a excepción de Tokio xD)

Espero que la disfruten tanto como yo al escribírla .
ATTE

Gucezaki*


Última edición por Gucezaki el Vie Feb 27, 2015 8:52 am, editado 17 veces
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¡¡Cosas de ellos!! (Yaoi Original) (capitulo 2) Empty Re: ¡¡Cosas de ellos!! (Yaoi Original) (capitulo 2)

Mensaje por Capitán Simonini Dom Feb 08, 2015 4:54 pm

Te doy la bienvenida al foro.

No me fascinan los fanfics de anime y menos el yaoi, pero éste lo he leído. Está bien escrito (pero mejor no centres el texto) y parece que si desarrollas bien los personajes y cumples lo que prometes, el yaoi, puedes tener eso; una buena historia de yaoi. Porque vas a continuarlo, ¿no?.

Supongo que esto lo tenías escrito y has venido aquí a subirlo y ya está, como muchos hacen. Ojalá leyeras nuestros escritos y te animaras a escribir más y otras cosas. Tenemos actividades y juegos que te pueden inspirar para escribir cosillas. Tenemos hasta un subforo donde se hacen presentaciones. Podrías empezar por ahí.
Hazlo por donde quieras, o no lo hagas. No te sientas cohibida (presupongo que eres una chica, ¿me equivoco?) y escribe tus tonterías aquí.

Me gusta decir que este foro es un santuario. Es uno de los sitios donde puedo expresarme al margen de mi vida cotidiana. Puede ser eso. Te lo ofrezco, porque ya lo he hecho algo mío, y te sugiero que lo exprimas al máximo o por lo menos intentes sacar una gotita de algo bueno. En algún rincón la hay, puedes empezar mirando por lo mío. Pero claro, seguro que te darás cuenta de que ninguno de estos foros vale un duro y que es mejor no perder el tiempo en ellos. Totalmente de acuerdo, lo que es bonito de leer está en los libros y no en internet, y nadie tiene suficiente bagaje personal a los dieciocho para escribir nada realmente bueno. Pero no se trata de eso, se escribe y se comparte con el que se coincida en esta esquina, porque nos hemos metido en un foro diminuto habiéndolos grandes. Hay quien hasta cree que puede hacer amigos en estos sitios. Porque en verdad nos metemos en foros de estos porque estamos deprimidos de algún modo, somos todos introvertidos,tímidos y hemos sufrido; pero también somos la gente creativa, interesante y soñadora.

Por eso escribimos cosillas. Por eso y porque nos aburrimos.
Porque teclear es divertido. Debería teclear más.
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¡¡Cosas de ellos!! (Yaoi Original) (capitulo 2) Empty Re: ¡¡Cosas de ellos!! (Yaoi Original) (capitulo 2)

Mensaje por Gucezaki Dom Feb 08, 2015 8:49 pm

Hola, muy buenas tardes Capitán Simonini.
Primero que nada muchas gracias por su comentario, tomaré en cuenta su consejo. Tengo la intención de continuar con esto, en sí no es un fanfic, todo esto, es obra de mi imaginación y el como quedó terminó por agradarme. Me alegra que a usted también le agrade, me seguiré esforzando ya que esto es lo primero que he llegado a publicar mas no lo único que he escrito.

También, tengo la intención de presentarme en el foro, aunque la idea de una autora desconocida (por que estás en lo cierto, soy una chica ) no es tan mala. Me he topado con muy buenas obras estos días aquí en el foro y sería agradable conocer a los autores.


Le reitero mis agradecimientos, fue un placer conocerle y espero saber más de usted.
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¡¡Cosas de ellos!! (Yaoi Original) (capitulo 2) Empty Re: ¡¡Cosas de ellos!! (Yaoi Original) (capitulo 2)

Mensaje por Gucezaki Sáb Feb 28, 2015 8:40 am

¡¡COSAS DE ELLOS!!
Capitulo 2

Buenas noches Mimo.


La falta de aire me obligó a frenar en seco, rápidamente me sostube de mis rodillas  tembloroso, respirando con dificultad. Definitivamente debo considerar el hacer ejercicio, o de ser una situación de vida o muerte ya estaría tres metros bajo tierra. El frío regresaba a mi cuerpo, y a la vez, sentía arder mis mejillas por el reciente esfuerzo.

Autos coloridos a mi alrededor esperaban la señal del semáforo que les permitiera avanzar, di un profundo suspiro y compuse mi postura, pero no mi cabello, levanté la mirada y sonreí de inmediato. Justo al frente de mí, se encontraba un autoservicio, gran proveedor de comida chatarra.


*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-

El profesor de ingles caminaba tranquilo por la acera al parecer despejada, gracias a ello pudo identificar con facilidad a uno de sus alumnos.

-¡Oye tú!- Alzó su voz al notar que el chico de gorro naranja tenia puestos sus enormes  auriculares blancos. Heino se detuvo de inmediato y se giró para poder verle. Su multitud de admiradoras se redujo sólo a una chica de ojos inocentes color miel.

-Eres muy ruidoso. ¿Sabes?  No estaban encendidos.- Señaló sus auriculares, y los apartó de sus oídos.-

-¿Y cómo rayos iba yo a saber eso?-

-Duh, eres maestro, se supone que saben todo. ¿No?- El mayor tuvo que aguantar un poco la risa, conocía muy bien a ese chico y a sus ocurrencias. Mentiría si dijera que no. Se asercó a la pareja y  le sonrió a la amigable chica, ganándose un adorable sonrojo de su parte. Quizá ella podría pensar que no todos los días un profesor saludaría de esa manera o algo así.

-Oye tranquilo viene conmigo. -

-¿Disculpa? Como sea. - Sonrió. -Tengo una pregunta que hacerte. -Ese chico nuevo. ¿Es amigo tuyo?-

*-*-*-*-*-*-*-*-*-*

-Regresé a casa luego de algunas compras, después de cerrar la blanca puerta, arrojé mi llavero sin mucha preocupación de donde terminaría cayendo. Estaba muy cansado y todavía era muy temprano... 12:30 pm decía mi reloj de muñeca color negro. Me dirigi a la sala, era algo pequeña pero acogedora, además no necesitábamos tanto espacio. Las paredes eran de color verde manzana, (elección de senpai) había dos sillones color crema, uno individual y el otro para dos personas, una mesita de cristal en el centro, y justo en la pared de enfrente un televisor de plasma.

Mérida? Minina. ¿Dónde estás?- Busqué con la mirada a la gata de senpai, pero no salió por ningún lado.  Acostumbraba estar en la sala, cosa que desde algún tiempo Mimo no hacía... Eso me entristeció a sobremanera, me dejé caer sobre el sofá más grande y por cierto, era muy cómodo. No podía evitar pensar en Mimo y lo enferma que últimamente parecía. Unos cuantos segundos después mis ojos empezaban a cerrarse,  estaba listo para dejarme llevar por Morfeo y comenzar a roncar cuando...


*-*-*-*-*-*-Pov: Heino-*-*-*-*-*-*


-Tch, ese enano...- Susurré para mí mismo. He marcado a su celular un par de veces, pero quizá aún no está en casa, lo cual es raro después de haberme dicho que cuodaría Mimo.

Me encontraba en medio de una cita , después de todo invité a aquella chica rubia de lindos ojos a pasar un agradable rato. Debo admitir que su deliciosa comida ganó puntos. Estábamos en el parque más cercano de la zona, bajo un árbol, sentados sobre el césped.

Ella estaba cómodamente recargada en mi hombro, aparentaba estar dormida.

Tenlía la piel tan clara que el marrón de sus pestañas lograba resaltar. Su rubio y lacio cabello le llegaba por debajo del busto. Llevaba puesta una chaqueta rosa pastel con lunares blancos, pantalones azul celeste, y unas botas negras que le venían casi a media  pierna.

La vista en el parque era bella.Había muchos arboles, algunos aún recuperaban el hermoso verde en sus hojas , abundante césped, montones de juegos coloridos... En pocas palabras, un paraíso para todo niño.

-¿Heino-kun?-
-¿Sí?-
-Muchas gracias por esto de verdad, pero debo irme a casa- Ella estaba más que feliz, en su mirada podía notar lo mucho que le gusto. Antes de que sucediera otra cosa, antes de que se rompiera el magico momento en que nuestras miradas se encontraron, fui acercandomele, sentia cada vez más cerca su calida y nerviosa respiracion.

No me detuve hasta poder besar sus labios.  


*-*-*-*-Pov: Genji-*-*-*-*

El sonido de mi celular me despertó de golpe y a causa de ello sentí un pequeño dolor de cabeza, nada grabe, pero sí molesto.

-Tch.-

Llevé mi mano a mi cabeza por reflejo, entrecerrando los ojos, me puse de pie, y un par de segundos después tomé de prisa las escaleras que llevaban al segundo piso. Eran de fierro pintado en negro. Imposible que mis pasos no se escucharan. Las paredes arriba eran tan blancas como la fachada del edificio y las únicas tres puertas color marrón oscuro lograban resaltar entre ese color tan limpio.

Al girar la perilla grisácea de la puerta y tener una mejor visión de la habitacion, mi expresión se desdibujó. Sentí mi corazón estrujarse al punto de doler, y  no pude hacer mas que gritar.

Fue un grito ahogado, lleno de dolor, sentía un nudo en la garganta que me impedía gritar con mas fuerza, pero sobre todo sentia un vacío en mi corazón... No podía creer lo que veía,  mas bien, no quería creerlo.  



*-*-*-*-*-*-*-*Flash back*-*-*-*-*-*-*


-Ese chico nuevo. ¿Es amigo tuyo?-

-¿A que viene eso? ¿En su primer día ya te lo quieres ligar?-

La chica rubia los miraba curiosa mientras se aferraba a Heino de su brazo izaquierdo. Quedó asombrada, no sólo por la confianza entre ambos, si no por la posibilidad de que su profesor fuera homosexual.

-¿Tiene algo de malo? Por que de ser así amigo mio te recuerdo, que no eres la persona indicada para decirme algo como eso.- El de ojos verdes se abstuvo de ver a la rubia como un claro ejemplo, y sonrió ante la exprecion graciosa del azabache.

-Hay algo gracioso en todo esto.- Heino habló entre risas, con una imagen mental de su profesor invitando a salir a su enano amigo, con un enorme y repleto ramo de rosas, una caja de chocolates, y escondiendo un frasco de cloroformo en su bolsillo trasero, en caso de un evidente no en respuesta.  

-¿A sí? ¿Qué?- Aquella voz lo devolvió a la realidad.
-El enano no es gay. Por mucho que lo parezca. No lo es.
-¿Es que acaso tiene novia?
-Cielos mira que tenemos aquí, mira la hora, que pena- Heino trataba de no perder más tiempo en ese lugar, y con esa conversación, en primer lugar por que ya tenía planes. Hizo como si viera la hora, pero ni siquiera tenía un reloj de muñeca.


*-*-*-*-*Fin de Flash back y Pov: Heino*-*-*-*-*-*

De camino a casa me acerqué a un puesto de revistas, una en especial llamó mi atención. En la portada aparecía un joven  modelo sentado en un velero de madera, incluso yo debía admitir que... Era atractivo. Tan sólo lucía unos pantaloncillos cortos de color violeta. Era de perfecta piel nivea, cabello platinado y alborotado. Tenía una mirada juguetona, sus ojos... Oh por todos los cielos, sus ojos eran verdes, ni grandes ni pequeños, y su sonrisa... Hermosa.

-Tch no puedo seguir viendo esto.- Por alguna razón me sentí extraño ante la imagen de ese chico andrógino. -Tengo hambre.- susurré para mí mismo.

Mientras caminaba, rebusqué en los bolsillos de mi pantalón, suspiré de alivio al encontrar un cigarrillo, era el único que me quedaba... Me rindió hasta que llegué a la puerta del edificio.

-Gusano, no huelo la comida. -Sólo no pude evitarlo, alguien tenía que decirlo. Me reí, pero no tenía respuesta. -Oye, se que estás aquí, la puerta estaba abierta. Tus llaves cayeron en la caja de arena.. Genji-senpai.- Que raro, siempre que decía algo como eso él solía bajar corriendo de las escaleras. ¿Acaso no estaba en casa?

Aguardé unos cuantos segundos de pie al lado de las escaleras, pero me cansé de esperar. Así que subí.  La puerta de su habitación estaba también abierta, su cama aún era un desastre, pero su morral estaba en el suelo y accidentalmente lo pisé.

Entonces la  vi, era imposible no hacerlo. Mimo, la gata de Genji estaba sobre un cojin amarillo claro. Muerta, tiesa y justo a un lado de la cama. Quedé estático al imaginar la reacción del castaño, se me rompió el corazón. El ya la miró, de eso no habia duda, pero ya no estaba aquí. ¿Qué debería hacer?

Mimo había sido una gata hermosa y cariñosa, tenia abundante pelo blanco y suave, sus ojos ahora cerrados eran de un lindo color azul verdoso. Ya nunca la veríamos jugar por el departamento con cualquier cachivache que le resultara entretenido. Tampoco pelearía con Mérida por el sofá individual, o por la comida...

Miré al rededor de la habitación, en ella había más cosas de la gata que del mismo dueño. ¿Se necesitaba más evidencia para saber lo mucho que la quiso, y que aún la quiere? Yo creo que no.

La habitación de Genji no es muy colorida. Las paredes son blancas desde el primer día que llegamos a este lugar, la única distinta era la de la cabecera. Él mismo le colocó  mosaicos grises y blancos intercaladamente, eso hacía resaltar el color negro en la cabecera y los otros muebles de estilo minimalista.

Aveces pienso que hay demaciado blanco, y por lo que sé, no es su color favorito. Un poco de verde no estaría mal.

-Hmm... - Necesitaba una caja lo suficiente grande. Sí, la enterraré.  Genji no lo soportaría, lo conozco lo suficiente para saberlo. Me di cuenta que la cabezera   estaba tapizada con fotografías. En todas aparecía Mimo. No es que estuviese mal, pero en un momento como este... Tenerlas es muy poco sano. Las quité.


Incluso yo me encariñé con ella...

*-*-*-*-*-*Pov: Genji*-*-*-*-*-*


¿Dónde estoy?  ¿Cuanto tiempo pasó? Eso no importa, no ahora. Sólo corrí, corrí hasta que sentí podía desfallecer, incluso olvidé mi mala condición física.

Estaba hecho un desastre, quería estar solo, solo con mi tristeza, mi silenciosa y dañina tristeza. Oculté mi rostro  entre mis rodillas a las cuales me aferraba con fuerza, estaba temblando. Era coraje y tristeza combinados, enterraba los dedos en mis brazos pues la culpa y la impotencia también hacían acto de presencia. ¿Por qué? Sabía que Mimo estaba enferma, no quería comer, y sólo dormía desde hace ya un par de semanas.  Algo dentro de mí sabía que esto podia suceder, pero la otra parte desechaba esa posibilidad, no lo aceptaba. Siempre buscaba un pequeño rayo de luz en medio de la oscuridad. Maldita sea.

No sólo lloraba por su muerte, todo esto me recuerda lo mucho que he perdido y lo que puedo seguir perdiendo. Desgraciadamente este es el ciclo de la vida, nada es para siempre.

¿Por qué seguír aquí entonces?

Algo tuve que haber hecho mal, algo... Pero el echarme la culpa no me la devolvería, los recuerdos seguían torturándome... Como la primera vez que la vi.

*-*-*-*-*Flash back*-*-*-*

-¡¡Waaaa!!-

-Enano ¿Quieres correr más rápido?-

-Eso no es justo. ¡Tus piernas son más largas!-

Era una noche lluviosa y eramos nuevos en el edificio. Sólo nosotros dos con mucho equipaje, necesitábamos darnos prisa, o de no ser así las cajas se romperían y tendríamos trabajo extra. Afortunadamente estábamos por acabar, pero yo no suelo tener tanta suerte.

Mis gafas estaban empañadas gracias a la lluvia que seguía cayendo sobre nosotros. Estaba empapado y sentía la ropa pesada, sobre todo los pantalones, seguramente al dar un paso más terminarían por caerse. No soy religioso pero en ese momento necesitaba un milagro.

-¡¡Waa!!-

Terminé por tropezar con una roca.

-Agh... Maldición. - Sólo a mí me pasan estas cosas.

Me ardían los codos y las rodillas también, seguro que sangraban, pero tenía que seguir. Limpié los cristales de mis lentes lo mejor que pude, y al tenerlos puestos de nuevo, algo llamó mi atención.

-¿Piensas quedarte en el suelo? ¿Te has roto las piernas? Hey. ¿Gusano?-

Senpai había regresado del edificio, estaba lo suficiente cerca de mí como para no escucharlo, sin previo aviso le cubrí la boca con mi mano

-Hmpkzbhn-
-Shh, lo asustarás-

Su expresión destilaba duda y buscaba lo que sea que fuera con su mirada, pero sólo yo sabía a lo que me refería. Me levanté dolorosamente y caminé con sigilo hasta los pequeños arbustos que estaban muy cerca en la entrada del edificio.

-Hola...- Susurré muy por lo bajo al agacharme, prestaba atención absoluta a aquellos aterrados ojos felinos de un bonito color: Azul verdoso. El cielo relampagueó y sus pupilas se dilataron. Intentaría huir.- No tengas miedo. - Insistí. Cuidadosamente logré tomarlo en mis brazos, su pelaje estaba completamente mojado, también sucio. Además parecía no haber comido en días. Muchos días.

Me miraba fijamente, con tristeza y miedo. Estaba a la defensiva, entonces le di un pequeño beso en la cabeza.

Al día siguiente no dudé en llevarlo al veterinario.

Resultó que el gatito era hembra y lo difícil fue ponerle un nuevo nombre. Rechazó los collares, al parecer no le agradaba el sonido de los cascabeles así que en su lugar usé liston. Se veía muy mona.

Estaba feliz, tenía un nuevo hogar y ahora una nueva pero sobre todo amorosa compañera. Solía acompañarme siempre, estuviera enfermo o no. Incluso en mis días de soledad, Mimo siempre estaba ahí.

Desde entonces no podía acostarme a dormir sin antes darle un pequeño beso o  decirle... "Buenas noches Mimo".

 
*-*-*-*-*Fin de Flash back*-*-*-*-*

Mientras tanto, no muy lejos en un complejo departamental, las cosas comenzaban a subir de temperatura. Jadeos y suspiros desesperados dejaban de ocultarse.

Dos amantes estaban dispuestos a todo esa noche. En esa habitación semi oscura. Ante la luna y espectantes estrellas que se asomaban a través de una ventana. Reflejaban apenas sus siluetas  aún unidas por un apasionado beso que comenzaba a dejarles sin aliento.

Sus manos se removían a diestra y siniestra, tortuosas pero impacientes por sentir aunque fuera un poco de piel.

-Ngh...-

El mayor de los dos tenia cabello lacio, corto y azabache. Vestía un traje negro, desordenado, sin corbata, y muy pronto... Sin cinturón. El contrario era al parecer de cabello castaño, desordenado, ni lacio pero tampoco ondulado. Llegaba apenas rozando sus hombros.

Estaba siendo guiado torpemente por el azabache quien se desacia de su camisa, azul celeste con impasiencia. En el camino chocaron con una mesita de luz, y todo lo que estaba sobre ella termino en el suelo. Ambos reían en medio de aquel beso que de por sí, ya costaba continuar. No se rendirían. Estaban decididos.

Ese momento magico y perfecto, era el que en algún momento toda pareja esperaba. El menor se dejó caer sobre la cama después de haberla encontrado. Observó cómo el contrario mandaba a volar la camisa  que previamente le quitó, sus miradas se encontraron, y una agradable corriente recorrio su cuerpo. Sentía su rostro arder, se sentía feliz, enamorado. Su corazón latía a mil por hora, parecía querer estallar en cualquier momento.

Tan mágico momento fue interrumpido por el timbre de un celular. Ambos voltearon sus miradas al dispositivo que resultaba ser del menor.

-Lo siento.- Dijo él, tomó el celular decidido a apagarlo de una vez...  Pero al ver el identificador  de llamadas,decidió responder.

-¿Heino?-

*-*-*-*-*-*-*-*-

N/A

¿Que les pareció ?
Disculpen la demora, habían detalles que no me tenían contenta pero ahora ya son otra historia. :D
¡Nos veremos en el siguiente capitulo!

Dedicado con mucho amor a: Hania, Nubia Y Nadya.
Gucezaki
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Nacemos pequeños , vulnerables , dependientes, sin instructivo , y con una venda en los ojos que se va haciendo invisible conforme crecemos. El que se rompa depende de nosotros , de lo que aprendemos, y de lo que vivimos.

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