Keep Calm and... Ride a Dragon!

• Género: Fantasía, Aventuras/acción.
  
• Estado: En progreso.
  
• Clasificación: ATP.
  
• Total de capítulos: 7 en adelante.
  

Spoiler:

BERK

Frío, nieve, ríos congelados, más nieve... El clima helado no señalaba exactamente nada, pues así se pasaban nueve meses del año y los otros tres granizaba; cosa que era normal, sólo que nos dificultaba ciertas tareas como la pesca, la agricultura entre otras, sin mencionar que no se puede salir a dar un paseo sin hundirte en la densa nieve.

La Isla de Berk se adornaría con todo tipo de arreglos pues faltaba menos de un mes para una gran fiesta, es parecida a alguna que otra costumbre de lugares lejanos a éste, pero nosotros la llamamos Snoggletog: nuestra Navidad. Nuestra gente pocas veces se dan uno que otro respiro —(pues como ya saben ¡somos vikingos de los trabajadores! y las celebraciones nos ''libran'' de nuestro continuo estrés)—.
Antes, seguramente sabían que Berk era un lugar de mata o muere, pero ahora podemos vivir en paz y en armonía mientras nos dedicamos a lo nuestro, por lo que ya no tenemos que luchar contra los dragones, gracias a Hipo Horrendo Abadejo III, nuestro jefe; quizás les llegue a contar un poco de lo mucho que ha logrado. Se preguntarán ''¿y si ya no es un matadero, ahora qué se supone que hacen?'' Simple. La gente se dedica a la agricultura que todos sabemos que es criar ganadero y esas cosas... También se pesca, ¡tonto quien no sepa que es!
Vaya, acabo de desviarme un poco del tema, supongo. El caso es, que ya casi es Snoggle..— Un fuerte golpe se escuchó y me interrumpió—

—¡Sorpresa, sorpresa!— Gritó el gran hombre al entrar a la cabaña—. Feliz cumpleaños, Odette...—
No se suponía que sería algo que deberían saber. Al menos, no a mi parecer.
—Padre, ¿por qué tanto alboroto? Si es un día normal, yo lo que quiero es festejar contigo y mi madre el Snoggletog —.
Su rostro parecía que hubiese estado bañándose en carbón se me acercó mientras lentamente, y sus manos que parecía que eran unas manoplas las abrió lentamente, mostrando un pequeño bolso (pequeño entre comillas, claro).
—Tómalo, era tu regalo de... Bueno, ya sabes.—
Sin más preámbulo lo tomé sin cuidado. Al parecer no era tan pequeño. El bolso era pesado, difícil distinguir si era café o verde obscuro, total, lo que importaba era el contenido que... Gracias al peso de éste, la bolsa se rompió y de un agujero salió un extraño objeto gris en forma de huevo que rodó por el suelo hasta llegar a una chimenea que no estaba muy lejos de los dos.
— ¡No dejes que el huevo..—
—¿Que el huevo qué?—.
Demasiado tarde... El huevo había llegado a la chimenea y empezó a quebrarse lentamente (una vez escuché que en un Snoggletog pasado pusieron huevos de Gronckle como regalos; son unos dragones muy grandes, pesados como roca con alas cortas que hacen sonidos muy graciosos... Mientras que su cola es como si fuera una piedra enorme con picos. A mi parecer son bastante rudos.) y de un hueco salió un extraño esqueleto, no estoy segura si es un esqueleto, solo sé que es algo asqueroso.

—¿Padre? — Al llamarlo, se giró enfadado, como si hubiese sido culpa mía el que haya caído en el fuego.
—Odette... No pensaba hacerlo, pero a partir de mañana empezarás las clases. —

¿Que si me gustaría entrenar a un dragón? Por favor, mi madre, Heather es la mejor alquimista de los tiempos. ¿Para qué querría yo entrenar a una criatura in-do-ma-ble? No se me da mal la química ni nada de éso... Sólo nunca he intentado algo como eso. Ni soñando.
—Bueno... Al menos no explotó, ¿verdad? — Lo que faltaba, un silencio incómodo entre los dos, será mejor que me vaya a dormir, no quiero ni ver a ese reptil.

Y feliz cumpleaños Odette, feliz.

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