Awake

♣Género: Horror || Drama
♣Clasificación: +16
♣Capítulos: 1
♣Lista de capítulos:
-Ritual


Universos paralelos… ¿Qué son realmente?
Siempre nos hemos imaginado lugares donde los colores son más que estridentes, donde los conejos hablan, donde las luciérnagas emiten la luz más cegadora jamás vista. Lugares donde la felicidad está a la orden del día, presente en sus habitantes, en sus paisajes, e, incluso, en el mismo aire, dejando cierto regusto empalagoso.
Pero… ¿Y si esto no fuese así? ¿Y si aquel mundo plasmado en libros como Alicia en el País de las Maravillas fuese mentira? Nadie ha tenido nunca la experiencia de visitar un mundo de éstos ¿No? Nadie ha tenido nunca una puerta de salida del mundo real, del estresante mundo en el que pasa los días de su vida. Un mundo monótono y aburrido, sí, aburrido como él sólo.
Entonces, nadie había tenido pruebas reales de que ese mundo de fantasía fuese cierto… Porque, claro, ese mundo de fantasía nunca existió. Fruto de la imaginación de algunos hombres aburridos, eso eran… Y nada más. La realidad había sido siempre muy distinta a aquello, y Flavia lo sabía, especialmente. Aunque tampoco hubiese tenido por qué saberlo si
no fuese por aquel macabro ritual.


-¿De verdad que es esto seguro?- titubeó Flavia. Una cruz de sal mezclada con un supuesto polvo de “hueso” descansaba en el suelo de parqué, dejando un notorio rastro que, al parecer, costaría bastante limpiar, posteriormente. Entonces, la niña pequeña asintió –Totalmente seguro… ¡Vamos! Si es sólo un juego-.
Flavia mordió su propio labio… Sólo un juego, claro, por eso en la red tantas personas decían que la gente que realizaba éste dichoso ritual desaparecía sin dejar rastro. La preocupación de la mayor era evidente y, en respuesta, la pequeña la tomó de la mano, a su hermana –No te preocupes Flav, es sólo uno de esos cuentos chinos que a la gente le gusta contar. Ya verás, cuando acabemos esto seguiremos aquí… Te lo prometo- dijo la niña, con un deje de verdadera dulzura e inocencia, típica de los infantes.
Ella asintió, acompañando el gesto con un suspiro –Como nos pase algo… Te juro que te voy a atormentar por el resto de tu vida- dice, un poco más calmada, con tono jocoso. Supuso que su hermana tenía razón, aquello no pasaba de un simple juego, de una forma de pasar el tiempo en aquella lluviosa tarde otoñal al no poder salir. Como dicen: A falta de pan, buenas son tortas-.
Entonces, Suzanne, la niña, se quedó quieta por unos segundos –Esto… ¿Hay por aquí alguna aguja?- dice recorriendo la estancia con la mirada. La otra alzó una ceja –Eh, ¿Qué narices se supone que pretendes hacer con ella?- acabó preguntando, algo inquieta, obviamente. Nadie preguntaba todos los días por una aguja.
Suzanne bufó –Venga, vamos, es sólo para hacernos un pinchazito de nada… No va a doler, lo prometo- Flavia la miró, atónita, quizás por su leve miedo a los "pinchazitos"  -¡¿Un pinchazo?! ¡¿Pero qué se supone que quieres hacer?!- exclamó, rompiendo la tranquilidad del lugar. –Aquí dice que pongamos nuestra sangre en el centro… Tampoco es tan grave- la miró de reojo –¿O es que te da miedo, hermana cagona?- preguntó, acompañando sus palabras con una risa de lo más estridente.
Flavia suspira –Venga, confiaré en ti- y dicho aquello tomó una pequeña cajita de costura que descansaba en una de las estanterías más altas. Apartó el polvo de ésta y la abrió, con algo de cautela, tomando, al final, una de las cuantas agujas que se encontraban clavadas en un considerable trozo de algodón.
La niña la tomó casi sin dudarlo y, en menos que canta un gallo, realizó una pequeña incisión en su dedo corazón, dejando entrever una pequeña rosa sanguinolenta. Hecho ésto, dejó caer una de las gotas en el centro del "dibujo", que no era más que un triángulo invertido con algunos símbolos de un idioma muerto.
-Te toca- dijo la niña, extendiendo la aguja. Flavia, con cierto temor, la tomó, y realizó una incisión en el dedo corazón, justo igual que la niña. Acto seguido, dejó caer una simple gota encima de la de su hermana.
La niña sonrió, plena de gozo -¡Bien! Y ahora sólo hay que recitar el conjuro- con las últimas palabras, un silencio estremecedor ocupó la sala… ¿Un conjuro? Aquello comenzó a sobrepasar lo irreal, parecía sacado de una verdadera película de terror.
Más allá de las mentiras
Más allá del engaño
Existe un lugar
Donde no hay pecado
Oh Blathir
Recíbenos con tus poderosas enseñanzas
Para a lo adverso poder combatir
Para poder continuar nuestras andanzas
Entonces, una súbita ráfaga de viento entró en la habitación, haciendo temblar absolutamente todo lo que había allí dentro. Segundos después, las niñas ya no estaban... Se habían esfumado.

PD: